lunes, 13 de mayo de 2013

EL COLTÁN: RECURSO ENVENENADO

EL COLTÁN: RECURSO ENVENENADO


Resulta curioso lo que está ocurriendo con un mineral denominado coltán, del que se extraen niobio y tántalo, y que en los últimos 10 años ha sido blanco estratégico de las compañías de explotación minera, tema de controversia social y medioambiental e incluso objeto de debate en las propias Naciones Unidas.


El  coltán (abreviatura de columbita-tantalita) es un mineral óxido. La columbita está compuesta por óxidos de niobio, hierro y manganeso [(Fe, Mn) Nb2O6], y la tantalita está compuesta por óxido de tantalio, hierro y manganeso [(Fe, Mn) Ta2O6] en cualquier proporción. Estos óxidos constituyen una solución sólida en ambos minerales. Son escasos en la naturaleza y dan un claro ejemplo de materiales que han pasado de ser considerados simples curiosidades mineralógicas a estratégicos para el avance tecnológico debido a sus nuevas aplicaciones.
Entre otras características destacables, tiene una alta conductividad, gran resistencia a temperaturas elevadas y la capacidad de almacenar cargas eléctricas, y se utiliza para la fabricación de condensadores electrolíticos de tantalio, que aparecen en casi la totalidad de dispositivos electrónicos. 
El principal productor de coltán es la República Democrática del Congo, con cerca del 80% de las reservas mundiales, si bien Brasil posee el 10%, Sierra Leona el 5% y un 5% aparece alrededor del resto del mundo. Según informes de agencias internacionales de prensa, la explotación de coltán ha ayudado a financiar a varios bandos de la Segunda Guerra del Congo, un conflicto que ha producido más de 6 millones de muertos.


La ocupación ruandesa del este del Congo ha significado que la República Democrática del Congo haya sido incapaz de explotar este recurso en beneficio propio. Un informe reciente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha reportado que una gran cantidad de este mineral está siendo explotado de forma ilegal y trasladado de contrabando a través de las fronteras por milicias de las vecinas Uganda, Burundi y Ruanda.  

Además, la extracción de este mineral está relacionada con la explotación de sus trabajadores, muchos de ellos niños.


La explotación del coltán no sólo genera graves problemas socioculturales, sino que va acompañada de importantes problemas medioambientales, ya que su extracción se realiza a cielo abierto y muchos de los yacimientos se encuentran en zonas de gran impacto ambiental, por lo que producen grandes daños. Además, las empresas explotadoras de dicho mineral no realizan actividades de recuperación, con lo que se está produciendo una destrucción de ecosistemas y el desplazamiento de distintas especies. Por un lado se están contaminando los ríos de la zona y grandes lagos y por otro lado los principales yacimientos coinciden con los hábitats de gorilas en peligro de extinción. En 2006, el gobierno congoleño otorgó nuevas concesiones mineras con el resultado, tras los sondeos y la deforestación asociada, fue la migración de buena parte de los elefantes a Zambia. La población de elefantes ha disminuído un 80% en los últimos 50 años. 
El Congo alberga, después del Amazonas, el segundo pulmón más grande del mundo, con 100 millones de hectáreas de selva y el 70% del agua dulce de África. Según Greenpeace, los bosques de África Central retienen el 8% del carbono almacenado en el planeta, por lo 

que su deforestación liberaría 34.400 millones de toneladas de CO2, 65 veces las emisiones de España en un año. Además, la deforestación parece inevitable y a ello se suman otros impactos como la contaminación de las corrientes con el limo procedente del proceso de lavado, que acaba por matar a invertebrados y reduce la fotosíntesis de plantas acuáticas. 


Uno de los parques naturales más castigados es el de Kahuzi-Biega, en Kivu sur, donde se encuentra el hábitat del gorila de montaña. En este parque la población se ha visto prácticamente reducida a la mitad, pasando de 258 ejemplares a 130, según la Fundación Dian Fossey. Las causas son la escasez de comida y la caza furtiva para alimentar a los mineros. Según el Programa de Medio Ambiente de Naciones Unidas, en los ocho parques del Congo la población de gorilas ha descendido un alarmante 90%. Hoy apenas quedan 3.000 ejemplares.


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