LA DESAPARICIÓN DE LAS ABEJAS
Ya lo dijo Albert Einstein: "Si la abeja desapareciera de la superficie del planeta, entonces al hombre le restarían apenas cuatro años de vida. Con el fin de las abejas se termina la polinización, se terminan las plantas, se terminan los animales, se termina el hombre".
En 2011, gracias a un amplio estudio del programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) se destacó el hecho de que la población de abejas de la miel estaba sufriendo un descenso dramático. A este problema se le denomina como colapso de colonias o CCD (del inglés Colony Collapse Disorder) y se advirtió por primera vez en Norteamérica en el 2006. El mismo problema se observa al año siguiente en Francia, Bélgica, Portugal, España, Holanda, Grecia e Italia. Está claro, que como vaticinaba acertadamente Einstein, no es un problema simplemente ecológico, sino que afecta a toda la economía mundial, ya que la mayoría de cultivos en todo el mundo son polinizados por las abejas. Su papel como polinizadoras es clave en la naturaleza. De las 100 especies de cultivos que proporcionan el 90% de la comida mundial, más del 70% se polinizan gracias a las abejas. En Europa, cerca de un 84% de los cultivos vegetales comerciales y un 80% de las plantas en estado salvaje dependen de la polinización de las abejas.
¿Por qué desaparecen las abejas?
Todo apunta a que es la consecuencia del impacto que los humanos generamos en el medio ambiente. Una de las causas que se barajan es el uso extendido de los insecticidas neonicotinoides. Estos pesticidas, introducidos a principios de los años noventa se han generalizado para el control de plagas en los cultivos de todo el mundo. Además, la contaminación del aire reduce la potencia de los mensajes químicos que emiten las flores, por lo que a las abejas y otros insectos les cuesta más localizarlas. El cambio climático podría agravar la situación de varias formas, por ejemplo alterando el tiempo de floración de las plantas (debido a los cambios de temperatura) o la cantidad y época de lluvias, que afecta a la cantidad y calidad del néctar. También parecen afectarles los campos electromagnéticos provenientes de postes eléctricos o de teléfonos móviles, que podrían confundir y desorientar a las abejas. Otro de los problemas de las abejas, que agrava la situación, es la presencia de hongos, parásitos y especies invasoras. Nosema ceranae es un hongo que mata a las abejas y favorece la aparición de otros parásitos como el ácaro Varroa. Además, abejas de otras regiones, como la africana o la asiática, se han introducido en Estados Unidos y Europa dañando a las especies autóctonas.
Referencias:
Wikipedia
"La misteriosa muerte de las abejas" (Amy Shaba)
"Mystery of the dying bees" (Benjamin Lester)
Para saber más: